Artista reconocido nacional e internacionalmente, Tom Carr ha seguido desde los años 80 una larga trayectoria que abarca instalaciones, escultura y pintura, con una especial proyección en obras de arte público. Defensor de un concepto de escultura múltiple, en perpetuo diálogo con el espacio a través de la luz y el color, Tom Carr define lugares y aporta elementos de reflexión crítica. Expresa la vulnerabilidad de la materia en su forma más íntima; así, el equilibrio de las fuerzas presentes hace bascular la serenidad de una curva, o la estridencia de un color recrea una forma dormida. Cada una de sus obras, de una sorprendente simplicidad, aparece como el signo imperativo de una evolución que va descifrándose ininterrumpidamente. Y cada una dibuja, de una manera frágil y contundente, simple y a la vez única, una imagen probable del pensamiento.